Para refrescar la memoria, es necesario recordar que Reyna Arceo Rosado es conocida por su papel en la traición política, particularmente cuando dejó la presidencia municipal de Benito Juárez para contender por la Gubernatura contra el cuestionado Roberto Borge. Esta traición ha sido una constante en su carrera, y si no me creen, consulten al ex-tesorero de aquellos días, quien aún sufre las consecuencias de las sanciones impuestas por Reyna debido a desvíos de recursos, a pesar de haber sido un incondicional de otro traidor, hoy embajador.
Después de la pérdida del PRD en Benito Juárez, Arceo Rosado continuó como contralora, beneficiándose de favores al sistema hasta que la encontró la Gobernadora actual, por recomendación de Antonio Mekler, quien la nombró titular de la Contraloría Municipal de Benito Juárez. A partir de ahí, la siguió en su trayectoria hasta el 22 de enero, cuando falleció Toño. Se alió con Maru y continuó avanzando sin estudios universitarios, con solo una preparatoria trunca desde que traicionó a Gregorio. Su falta de formación académica fue suplida por mañas y estrategias para cumplir con los requerimientos mientras se beneficiaba y mantenía un manto protector. Esta política, que responde al poder en turno, no duda en apuñalar por la espalda a la primera oportunidad, actuando con una falta total de escrúpulos para obtener lo que desea.
Una vez que le indicó Hermelinda que sería la Secretaria de la Contraloría, Arceo Rosado se preocupó por su falta de título universitario y buscó universidades de dudosa reputación que le otorgaran un documento. Así, encontró la Escuela Libre de Ciencias Políticas y Administración Pública de Oriente, en Veracruz, donde estudió y obtuvo el título de Licenciatura en Contaduría Pública registrado en 2022, justo cuando fue nombrada Secretaria de la Contraloría del Estado. Parece que la cuarta transformación transforma a las personas de manera expedita, como en el emblemático caso del fiscal de la Ciudad de México, quien se tituló de abogado de la noche a la mañana. Así, la transformación de nuestros políticos quintanarroenses se manifiesta en situaciones como la de Arceo Rosado, quien supuestamente estuvo en “dos lugares al mismo tiempo”.
El resultado de tal ignorancia o complicidad es que la Secretaria de la Contraloría no ha sancionado a ningún ex-servidor público de la administración de Carlos Joaquín González, a pesar de que se ocultó un déficit de más de ocho mil millones de pesos. Además, los desvíos de los préstamos destinados a obras públicas, que fueron financiadas por el gobierno federal, subrayan que Arceo Rosado está usada para encubrir los malos manejos de servidores públicos, permaneciendo en las contralorías por su sumisión al poder, no por sus habilidades fiscalizadoras.
Según Eugenio Segura, actual titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, la deuda y déficit dejado por el Gobierno de Carlos Joaquín sería de al menos 9 mil 815 millones de pesos, como se denunció en una comparecencia en el Congreso estatal a finales de octubre (Sin Embargo, 11-12-2022). Este hecho la pinta como encubridora del saqueo de la administración estatal anterior. Así, Arceo Rosado no vela por el uso correcto de los recursos públicos, sino que se dedica a ocultar los robos de los políticos, posiblemente a través del sistema estructurado del Niño Verde para blanquear estos delitos.
No podemos permitir que personas como Arceo Rosado ocupen puestos tan relevantes sin realmente tener los estudios y la capacidad necesaria. Sería interesante realizar un examen de oposición a la flamante Secretaria de la Contraloría para verificar si realmente tiene la capacidad para el cargo y demostrar que su título no es solo un papel.
Es importante que los lectores comprendan que el primer acto de corrupción de un servidor público es aceptar un cargo para el cual no cumple con el perfil adecuado o no tiene la capacidad técnica necesaria para desempeñarlo correctamente.